Nuestro cansancio sí es serio. Nuestra mediatización, en cambio, es cómica. Desarrollamos una observación meta, una meta historia. No dejamos de escribir porque estamos cansadxs. Estamos cansadxs y por eso escribimos.
Si ahora nos autoanalizáramos como técnicxs, ¿qué es lo que encontraríamos en cada unx de nosotrxs?
Cuerpos densos, quizás.
Un yo mínimo.
Un yo narrativo.
El cansancio es motor. Nuestra narratividad es solo una gramática torpe, lenta, confundida. Desviarnos de la trayectoria prefijada. Irrumpir en nuestra imagen corporal. Cansarnos, escribir, leer, reír, resistir y cansarnos, escribir, leer, reír, resistir y cansarnos, escribir, leer, reír, resistir.
Cansarnos, escribir, leer, reír, resistir. Desviarnos.
Somos en tanto encarnamos una condición distribuida.
Somos en la distribución y en ningún otro lado más.
¿Cómo construir una memoria propia?
¿Cuáles son los criterios que definen el armado de un archivo de mi vida?
lo que no se puede separar
lo espeso
lo denso
(hilos, pelos o maleza embrollada y cosas semejantes)
Mi sombra
Mi lluvia
Un horizonte insoportable
Una madeja despeinada
tengo un país en mente
que es como decir
tengo un país metido en el cuerpo
Un país es como una corporación
como una inteligencia artificial subdesarrollada
Nos valemos de ella para poder sobrevivir
O eso creemos
-no sé ni siquiera mi nombre-
Solo sé que tengo miedo por mi perro
Tengo miedo de que ya no se pueda levantar más
Y escribo esto solo para conjurar ese miedo
Y torcerle el brazo a la realidad
Avanzan quienes creen en todos
los oráculos
porque les da certeza de un futuro
Es entonces cuando acepto la irrupción de las fuerzas externas
Todo lo que ocurre es una operación casi imposible
En especial cuando la agresión es cotidiana y casi infinita.
Quienes no creemos casi en nada
-porque llevamos pruebas de que todo puede ser peor-
nos preguntamos
¿hay algo que sea suficientemente barato para ser público?
Quisiera viajar, pasar de largo siempre, a toda hora.
La lluvia es agente del cambio de las estaciones.
Es también productora de miedo, ansiedad y terror.
Un lenguaje de deseos, dudas y posibilidades
La serenidad solo tiene lugar al aire libre
y el verano es el inicio de la desobediencia civil.
Yo soy experimento colectivista
Yo soy individualista
Yo soy una era de idiotez
Yo soy la época más estúpida de la historia
Yo soy la más miserable
En el bosque el granjero se recrea,
se olvida de la sociedad
Todos los perros duermen
Soy la encargada de velar por sus sueños
Me han dado la llave
y no sé qué hacer con ella.
Parece haber un principio peculiar de resistencia
Nosotrxs
somos barbarie
nunca, nunca civilización
Nosotrxs somos plaga,
somos miseria y estercolero
somos el arsénico que necesita esta nación.
Nuestra existencia concreta solo se encuentra
al final del verano.
Busco una imagen sencilla, directa, diáfana.
Soy heredera del cine mudo.
Solo me interesa la narración visual pura.
Llamar la atención, jamás.
Música, color, calma y sosiego.
Desarraigo social
Fracaso individual
Autismo sensitivo
Aflicción existencial
El espacio vacío se convierte en tiempo muerto.
Sentir para pensar
Causar impresión
Transmitir la intensidad de instante
Aprovechemos ahora, que aún estamos vivxs
O eso parece
Minimalismo de expresión
Lo inefable, lo desconocido, lo misterioso
Lo ausente
Lo inesperado
Me envuelvo en mi poiesis silenciosa,
en la elipsis de los patrones rutinarios
Siento pasión por los objetos
omito la violencia y el sexo
No hay lugar ya para eso.
Economizo medios
evito lo escabroso.
Invito, eso sí, a la perseverancia.
En medio de la desolación afectiva, el amor es una alianza solidaria.
Suaviza la intemperie
Evita la locura.
La clase obrera no tiene patria, me dijo en un bar de rosas rojas.
Entre el optimismo y la desesperación
entre el estado de bienestar y el neoliberalismo
capitalismo de extinción
y melodrama.
Soy unx artesanx disciplinadx
el material con el que cuento es limitado
mi tiempo se acaba.
Escribiré entonces mis últimas voluntades, por el bien de la extinción.
Escribiré mi lista necesariamente inacabada:
1) Qué cosas ya no filmar: el centro de las ciudades, a los ricos, los poderosos y los políticos, sus casas y sus vidas, sus empresas y sus maquinaciones, las escenas de sexo, las compras, las computadoras, los teléfonos móviles, la tecnología moderna en general, dios, el diablo, la muerte, yo.
2) Qué cosas no dejar nunca de filmar: la periferia de las ciudades, los gestos del trabajo, las noticias de la televisión, un relato en un idioma que no entiendo, los bares y restaurantes, las canciones en los bares, los músicos callejeros, los coches antiguos, las motos, el ferry y el tranvía, los viajes, largos y cortos, los perros, siempre los perros, las personas fumando y bebiendo, los letreros de los comercios de barrio, las miradas de amor y de odio.
Amén.